Antes del Siglo XX
Las civilizaciones antiguas, como las de Mesopotamia, Egipto y China, utilizaban el ábaco como la primera herramienta de cálculo conocida. Este dispositivo sencillo pero ingenioso permitía realizar operaciones aritméticas de manera eficiente y sería una herramienta fundamental durante milenios.
c. 3000 a.C. – En las primeras civilizaciones de la humanidad, como las de Mesopotamia, Egipto y China, surgió una de las primeras invenciones destinadas a simplificar los cálculos matemáticos: el ábaco. Este dispositivo sencillo, compuesto por cuentas o fichas deslizadas a lo largo de varillas o cuerdas, permitió a los usuarios realizar operaciones aritméticas de manera rápida y precisa, facilitando el comercio, la contabilidad y la administración en estas sociedades.
El diseño del ábaco variaba según la región. Los mesopotámicos y egipcios, por ejemplo, utilizaban tablillas de arcilla con ranuras en las que se movían piedras o fichas para representar cantidades, mientras que en China, el suàn pán (el ábaco chino) contaba con un sistema de varillas horizontales con cuentas que se podían mover hacia arriba o hacia abajo, según su valor. Aunque simple en su estructura, el ábaco era una poderosa herramienta que podía ser usada por personas sin una educación matemática avanzada.
El ábaco no solo permitió realizar sumas y restas, sino también cálculos más complejos como multiplicaciones y divisiones, e incluso el cálculo de raíces cuadradas con algunas versiones más avanzadas. Su simplicidad y efectividad hicieron que esta herramienta se mantuviera en uso durante milenios, evolucionando con el tiempo y siendo adoptada por diferentes culturas.
A pesar de la aparición de calculadoras y computadoras modernas, el ábaco sigue siendo utilizado en algunos lugares, especialmente en la educación, ya que fomenta una comprensión profunda de las operaciones numéricas. Este dispositivo fue, sin duda, un precursor esencial en la historia de la informática, demostrando cómo la humanidad siempre ha buscado herramientas para simplificar y optimizar tareas relacionadas con el cálculo.
El ábaco, aunque primitivo desde la perspectiva actual, representa el primer paso documentado en la evolución de las tecnologías de cálculo que culminarían siglos después en las primeras computadoras electrónicas.